Descenso del barranco Martiño, el Sauzal

Hola amigos!! En esta ocasión, les dejamos un descenso espectacular. Una sucesión de saltos, algunos de altura, hasta llegar a la fabulosa playa salvaje, de arena negra, la Garañona. Un disfrute total!!

El barranco del Martiño es el límite entre los municipios de Tacoronte y el Sauzal, aunque tanto el inicio como el final del barranco, se situán en el término municipal del Sauzal.

Nos dirigimos a Mesa del Mar para dejar un coche en los aparcamientos de las piscinas, ya que será el lugar donde tenemos que llegar cuando acabamos nuestra aventura.

Para comenzar el descenso subimos la carretera de Mesa del Mar, hasta llegar al cruce que une la C/ el Mocán, a la C/Jardín del Sol y C/Barranco el Martiño. Es ahí donde dejamos el segundo coche.

Justo en frente de dicho cruce de calles, cruzamos la carretera y bajamos por la pista de tierra, donde encontramos una finca. El dueño de la finca, amablemente se ofreció a acompañarnos para abrirnos, bajamos una escalera de madera y continuamos por un paso algo delicado de tierrilla suelta, entre una pared de piedra y cañaveral, en el que podemos resbalar.

Cruzamos el cañaveral y llegamos a la cabecera del barranco y es impresionante, porque desde el primer momento, parece que tenemos la playa ahí, al alcance de la mano.

Llegamos al R1, que tiene una altura de unos 20 metros.

Al llegar al R2, nos encontramos un anclaje de aproximación a la reunión del mismo, que se encuentra expuesta. El R2 nosotros lo unimos al R3 y lo hicimos seguido, unos 73m hasta el cañaveral. Aunque existe la posibilidad de acabar el R2 en una repisa bastante ancha, anterior al cañaveral, donde se encuentran los anclajes para el R3, en el suelo del cauce y de ahí montar el tercer rápel, hasta el cañaveral.

Una vez en la base del R3, situándonos de cara al mar, cruzamos el cañaveral dirección hacia la izquierda. En la curva, la persona que monta este rápel, sube la pequeña loma porque es ahí donde se encuentra la reunión del R4. El resto espera en la curva, hasta que el primero haya montado y puedan bajar cómodamente sin tener que subir. El R4 tiene unos 25m.

Para avanzar hasta el R5, tenemos que caminar un poco hacia la izquierda donde encontramos una gran cueva, poco profunda y bajamos por una senda zigzagueante, hasta la reunión del R5, de unos 17 metros.

El R6, prácticamente seguido, tiene una altura de unos 16 metros.

Continuamos con el R7, un salto de unos 65 metros fraccionado a unos 8 metros, en una pequeña repisa, donde podemos ver la reunión que nos lleva, hasta la base del salto. Siendo este segundo tramo, de unos 57 metros.

Justo después de este gran salto, seguimos con el R8 de unos 20 metros. Avanzamos hasta el borde y a continuación caminamos, si nos situamos de cara al mar, hacia la izquierda donde veremos una baga montada en puente de roca, en la que podemos montar un pasamanos hasta el siguiente salto, ya que aunque no hay que caminar prácticamente nada, la bajada hasta la reunión, puede ser algo insegura.

De esta manera llegamos al R9, penúltimo salto de unos 15 metros, que nos lleva a una gran repisa, donde podemos ver la reunión del último rápel en el suelo y con unas vistas impresionantes de la playa de la Garañona. Un gran salto, este último, de unos 64 metros en su totalidad, aunque fraccionado también a unos 16 metros de altura.

La reunión en el fraccionado es expuesta, se encuentra a unos 48 metros y gracias a eso, las vistas no pueden ser más espectaculares, tanto de la costa, Mesa del Mar, como de las imponentes laderas de la costa de Acentejo.

Este último salto, llega directamente a la kilométrica playa de arena negra, donde podemos bañarnos y disfrutar de sus cristalinas aguas, siempre teniendo en cuenta las mareas, tanto al realizar el descenso, como para irnos de la playa, evitando el transcurso de la pleamar.

Al realizar el camino de vuelta por la costa hasta Mesa del Mar, debemos extremar la precaución en algunos tramos estrechos y expuestos, un destrepe de unos metros algo delicado, en el que tenemos el agua prácticamente al lado y un último paso, destrepando por dos cuerdas fijas, en la primera, que se utiliza para aproximarnos a la segunda, debemos ir con cuidado ya que el anclaje está oxidado, pero también en la segunda, ya que debemos bajar por ella, unos 3 metros. En este punto hay que tener cuidado también de que si el oleaje ya está subiendo y la ola llega al destrepe, debemos terminar el destrepe, cuando la ola baje y salir de ese punto lo antes posible.

Una vez hemos destrepado por la cuerda fija, llegamos a la playa de piedras y cruzándola, llegamos al comienzo del paseo, bastante descuidado y roto al principio, hasta que se va aproximando a los charcos y playa de la Arena. Cruzando el túnel, ya nos encontramos en los aparcamientos y por lo tanto, donde dejamos el primer vehículo.

Consideramos este descenso de dificultad media-alta, por la altura de los saltos y los fraccionamientos. Hay que extremar la precaución tanto en los saltos, por el desprendimiento de piedras, sobre todo en el R7 y el R10, como por el camino de regreso a Mesa del Mar, que tiene pasos delicados. Y por último, como comentábamos anteriormente, hay que tener muy en cuenta las mareas.

Recordamos que la altura de los rápeles son aproximadas.

Y como siempre, cuidemos el entorno. No es nuestro cubo de basura 😉

Hasta la próxima!

  • La información detallada es este blog es solo informativa. Las condiciones y el terreno siempre pueden variar. No actuamos como guías, por lo tanto aconsejamos que si no se conoce el terreno, la actividad y las condiciones meteorológicas que se puedan dar, ir acompañados por una persona experta en la actividad o no realizarla.

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