Nos vamos a Vilaflor, en Tenerife, para descender un bonito barranco tras el paso de la borrasca Claudia y comprobar su impresionante cascada final después de las lluvias. Una pena que no corriera el agua que nos hubiera gustado, pero igualmente impresionante.
Comienzo de la Aventura:
Para realizar este barranco nos dirigimos hacia Vilaflor (Tenerife). Pasando el Mirador de Vilaflor —ojo, no confundir con el apartadero de Pino Gordo, ya que el mirador está más arriba— encontrarás a mano izquierda la pista La Vica, situada en una curva hacia la derecha. Hay que ir atento, porque por la inclinación de la carretera puede pasar desapercibida.
Entramos por la pista y aparcamos nuestro vehículo al inicio, que será tanto el punto de comienzo como el final de la ruta. Desde allí tomamos el desvío a la derecha hasta llegar al cauce del Barranco de las Lajas, el barranco protagonista de este vídeo, otra de las bonitas zonas de Vilaflor para disfrutar del barranquismo.
Cauce del Barranco:
Comenzamos a avanzar por el bonito cauce del barranco y ya se aprecia algo de agua corriendo entre las rocas. Nuestro objetivo era comprobar el rápel final, un impresionante salto que con agua es aún más espectacular. Sabíamos que, tras la borrasca Claudia, quizá no llevaría el caudal que nos gustaría, así que decidimos no cargar con el neopreno para esta ocasión.
Seguimos por el cauce evitando el agua hasta llegar al R1, un salto de unos 9 metros, con una poza de aguas cristalinas… ¡pero heladas!
Este barranco permite tanto descenderlo haciendo rápel como recorrerlo caminando, ya que tiene escapes prácticamente en cualquier punto.
Después del baño en nuestra pequeña piscina natural, continuamos mientras la niebla empieza a subir, así que aceleramos un poco el paso. Llegamos al R2 (16 m) y, tras un pequeño tramo a pie que cruza un sendero, alcanzamos el R3 (10 m).
Más adelante aparece una poza más profunda, aunque no tan limpia como las anteriores. Este rápel no tiene una reunión equipada, así que como en ese momento no llevábamos el material suficiente para habilitar una reunión en condiciones (solo una baga simple), la montamos de un árbol y en otro momento, siempre se puede dejar una doble baga y un mallón. De todos modos, es posible evitar esta poza saliendo por la izquierda. En su base existe una repisa lateral y la posibilidad de montar un pasamanos con un punto intermedio El R4 tiene unos 4 metros.
Continuamos otro tramo caminando hasta llegar al R5, un salto espectacular de 54 metros, una cascada impresionante cuando lleva bastante agua. Justo antes de su reunión se cruza el sendero GR-131, que volveremos a encontrar más adelante durante el retorno.
Las vistas desde el R5 son increíbles: un gran salto rodeado por un inmenso mar de pinos que forma un manto verde espectacular. Durante el descenso apenas nos cae agua, pero la pared es impresionante, con una grieta sinuosa que, aunque no muy profunda, presenta filos en algunos puntos, por lo que conviene extremar la precaución con la cuerda.
En la base, destrepamos un caos de grandes rocas. Al superarlo, encontramos un hito que marca un posible escape, aunque nosotros continuamos por el cauce. Tras pasar las Galerías de la Coruja Alta y la Coruja Baja, un poco más abajo aparece una senda que atraviesa antiguos bancales. Ese será nuestro escape en este descenso.
Escape:
Una vez en este punto, tomamos la senda de escape, algo perdedora en algunos tramos, hasta llegar a una pequeña construcción y a una pista de tierra. Desde ahí comenzamos a subir de nuevo hasta enlazar con el GR-131, el mismo sendero que cruzamos antes del R5.
Nosotros decidimos atajar para evitar el rodeo completo que hace la pista, aunque ambos caminos llevan exactamente al mismo punto. Continuamos ascendiendo por un sendero estrecho, marcado con una X y también algo difuso por momentos, que finalmente nos conduce de vuelta al punto de inicio de la ruta.
Conclusiones:
Este descenso es circular, con unos 5,1 km de recorrido, y lo clasificamos con dificultad media, principalmente por el R5, que destaca tanto por su altura como por las características técnicas que comentamos anteriormente.
Por lo demás, es un barranco muy accesible, que hemos realizado tanto caminando como descendiendo por sus rápeles, ya que cuenta con escapes en prácticamente cualquier punto del cauce. Esto lo convierte en una opción ideal para disfrutar del barranquismo en Vilaflor sin grandes complicaciones, siempre teniendo en cuenta las condiciones del día y la experiencia del grupo.
Y como siempre, cuidemos el entorno. No es nuestro cubo de basura 😉
Hasta la próxima!
- La información detallada es este blog es solo informativa. Las condiciones y el terreno siempre pueden variar.
- No actuamos como guías, por lo tanto aconsejamos que si no se conoce el terreno, la actividad y las condiciones meteorológicas que se puedan dar, ir acompañados por una persona experta en la actividad o no realizarla.
- Recordamos que la altura de los rápeles son aproximadas.

