Hola amigos!! esta semana les dejamos un descenso por un barranco espectacular, que recorremos entre sus encajonadas paredes, de impresionantes formas y colores y es que este barranco lo tiene todo, pateo, rápel, baño en la paradisiaca playa de arena negra de Pachila y terminamos el día a nado, hasta la zodíac. Que podemos decir, pura belleza y diversión!!
Para realizar este descenso, dejamos un coche en la Punta del Hidalgo, ya que la vuelta la realizamos en zodiac, disfrutando de las vistas de la costa, hasta el muelle de la Punta.
Con otro coche subimos hasta Chinamada, cerca de la Ermita de Chinamada, aparcamos nuestro segundo coche. El comienzo de la ruta empieza caminando dirección a las Carboneras, en el segundo desvío a la izquierda. tenemos un apartadero con vistas al barranco de la Angostura. Justo en dicho apartadero, tomaremos el sendero que se encuentra en la vertiente izquierda del barranco, situándonos de frente al mar.
En un primer momento el sendero es claro. Pasamos por unas casas encastradas en la loma, dejando atrás huertas y sus muros de piedra.
La senda se vuelve confusa y poco a poco vamos bordeando la ladera, destrepando algunos tramos, buscando el mejor recorrido que nos aproxime al encajonado cauce de la Angostura. Tardamos aproximadamente una hora en llegar a la cabecera.
De esta manera llegamos al primer rápel donde vemos una marmita trampa, con diferentes tonalidades cálidas, que nos hacen ver desde un principio, la belleza de este barranco.
En este primer rápel tenemos unos químicos justo encima del salto, aunque a la izquierda también se puede rapelar de una vaga colocada a un árbol que facilita el descenso.
A partir de este momento, continuamos con varios destrepes y los 18 rápeles que se alternan, hasta llegar a la fabulosa playa de Pachila. Los rápeles en sí, no tienen gran dificultad y en general están bien equipados. Los saltos tienen una altura que va de los 5 a los 35 metros aproximadamente.
El último salto nos lleva directamente a la playa. Final apoteósico en una playa de arena negra, salvaje, en la que nos encontramos prácticamente solos, con grandes piedras que parecen pintadas, en diversos lados de la playa. Maravillosas vistas con la Punta de Adar a nuestra izquierda, la Punta del Guincho, el Picacho de Magín a nuestra derecha,… Es un lugar tan especial, que es imposible no admirarlo cada segundo.
El retorno lo hacemos en zodiac, hasta el muelle de la Punta. Otro añadido a esta fantástica experiencia, ver la costa desde el mar.
Consideramos este descenso de dificultad media-alta por varios factores, el inicio hasta la cabecera puede ser confuso, es conveniente ir acompañado por alguien que ya lo haya realizado. Además se tarda en llegar a la cabecera, aproximadamente una hora, por lo que sumando el resto del barranco, no hay que entretenerse mucho. Los saltos no son ni demasiado altos, ni demasiado complicados, se pueden seguir perfectamente siguiendo el encajonado cauce, pero no hay escapes, excepto casi al final que hay una cuerda fija, no apta para la mayoría. Hay que tener muy en cuenta el mar, ya que es una zona en la que no suele estar en las mejores condiciones y el retorno en barco, como si se hiciera por tierra, por la Veta de los Guirres (retorno bastante expuesto y con tramos bastante complicados) es imprescindible tener en cuenta el estado del mar y las mareas.
Recordamos que la altura de los rápeles son aproximadas.
Y como siempre, cuidemos el entorno. No es nuestro cubo de basura 😉
Hasta la próxima!
- La información detallada es este blog es solo informativa. Las condiciones y el terreno siempre pueden variar. No actuamos como guías, por lo tanto aconsejamos que si no se conoce el terreno, la actividad y las condiciones meteorológicas que se puedan dar, ir acompañados por una persona experta en la actividad o no realizarla.
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