Corto y entretenido barranco rodeado de vegetación, con bonitas formaciones rocosas y túneles con pequeñas ventanas, que dan paso al canal y nos ofrecen unas vistas impresionantes del Valle de Güimar.
Comienzo de la Aventura:
Para comenzar esta aventura, nos dirigimos hacia el parque recreativo de los Brezos.
Para aparcar un primer vehículo, en nuestro caso lo dejamos en un apartadero subiendo, al lado izquierdo de la carretera, justo en frente del primer escape, señalizado con la indicación SL TF-294. El escape final, se encuentra algo más abajo.
Antes del llegar al Parque Recreativo de los Brezos y de la Ermita de San Isidro, nos desviamos a la derecha por una pista asfaltada, hasta llegar al cauce del barranco de las Vigas.
Podemos dejar este segundo coche en algún apartadero y bajamos por un corto y evidente sendero, que nos lleva directos al cauce.
Cauce del Barranco:
Una vez en el cauce, en unos pocos metros ya tenemos el R1, un pequeño rápel de 6m.
Caminamos entre vegetación, pero por un evidente sendero, hasta el R2, de 23m. En su lateral izquierdo, podemos ver una bonita disyunción columnar.
Continuamos este bonito recorrido, hasta el R3 y R4, de 9m cada uno. En algún tramo, la vegetación invade algo más el camino, pero se puede pasar sin gran dificultad.
Después de uno de los tramos más largos a pie en este barranco, sin contar con el escape, llegamos al R5, un pequeño rápel de 8m, que cuenta con pasamanos, con un punto intermedio. Seguidamente, se encuentra el R6, de 5m.
Después de unas huertas de viñas en el cauce, llegamos al primer escape, una pista por donde pasa el SL TF-294.
Seguimos por el cauce y en seguida tenemos el R7, el mayor salto de este barranco, de 40m.
Para llegar al R8, el salto de las Vigas, que se encuentra a continuación, se ha equipado un pequeño destrepe en forma de tobogán, para una mayor seguridad. Este último rápel tiene 32m de altura.
Escape:
El escape se encuentra accediendo a unas escalera de cemento, por el lateral derecho del cauce y nos conducen a unos pequeños túneles excavados en la pared, con algunas ventanas que dan al cauce.
Al final de estos túneles, caminamos sobre el canal, que discurre por el borde del barranco y nos ofrece unas maravillosas vistas del Valle de Güimar.
Al terminar de recorrer el canal, vemos la primera casa en nuestra dirección y ya solo quedan unos metros para llegar a la carretera, donde dejamos el primer vehículo.
Conclusiones:
Este descenso es lineal. Los tramos a pie entre rápel y rápel, no son largos.
La dificultad diríamos que es media, por el mayor de los saltos, que es de 40 metros. De resto, no tiene mayor dificultad.
Y como siempre, cuidemos el entorno. No es nuestro cubo de basura 😉
Hasta la próxima!
- La información detallada es este blog es solo informativa. Las condiciones y el terreno siempre pueden variar.
- No actuamos como guías, por lo tanto aconsejamos que si no se conoce el terreno, la actividad y las condiciones meteorológicas que se puedan dar, ir acompañados por una persona experta en la actividad o no realizarla.
- Recordamos que la altura de los rápeles son aproximadas.